Estos días he estado un poco inactiva por los estudios, como os comenté en una de mis entradas, pero el esfuerzo ha merecido la pena. De momento llevo todo aprobado, solo me queda saber física y ¡ya está! Título de la E.S.O y...¡viaje de mis sueños! Y os preguntaréis...¿a dónde? Yo lo que quiero es viajar a Japón como cualquier otra Otaku, pero siento decepcionaros al deciros que no voy a ese maravilloso lugar de tecnología, gente(MUCHÍSIMA gente) y sobretodo ¡manga y anime! No...yo a donde me voy es a California, al mismísimo Estados Unidos.
Llevo varias semanas hablando con algunas chicas para el intercambio, son casi todas rubias jajaja pero supero amables y majas, eso sí, hablando en inglés, ellas no hablan muy bien español que digamos, lo intentan, lo intentan con el traductor de google...y ...bueno, la cosa no les va demasiado bien, pero yo, como buena personita que soy, hablo en su idioma, frases cortas y claras (yo lo intento ¿OK?)
Y por último os voy a hablar del "Último día de clase" que ha sido hoy, lo digo entre comillas porque el verdadero será dentro de dos semanas así que...Hemos leído el discurso (he empezado yo, por cierto) Y como ha pasado todos los años los alumnos lloraban pero en nuestro caso, no, somos unas personas especiales que lloramos por dentro n-n.
Y eso es todo, de momento. Os espero otro día aquí, en el Diario De Una Chica Otaku.
Todo el mundo habla de normalidad, a todo el mundo le gusta estigmatizar, y a todo el mundo le encanta recibir adeptos, como si se tratara de enseñar a niños pequeños. Parafraseando a Nietzsche, “¿Estás buscando adeptos? ¡Busca ceros entonces!” Y nadie tiene ni idea de normalidad, primeramente porque no existe. Ellos hablan de la moda, y la apodan normalidad, lo que es erróneo. ¿Y acaso aquello que se repite con más frecuencia es normal?
ResponderEliminarLo más parecido a la normalidad es la moda y sólo hace falta la palabra del idiota que mejor guíe a la sociedad (dígase, más bien, que es el que, gracias al azar o a técnicas poco éticas, ha conseguido a más borregos que le siguen los pasos) en su «normalidad». Sólo hace falta para que lo antes considerado friki (término despectivo para no decir diferente) resulte Guay (término equivocado que refiere a aquello considerado normal por dicho "mesías" y sus borregos).
En realidad, hay una guerra de clases internas que, aunque desconocidas, se ha cobrado muchas vidas y condicionado otras muchas. Comportarse de manera distinta es un crimen, una rebeldía, y esas sanguijuelas te absorben, como vampiros emocionales, hasta convertirte en un despojo humano como ellos o destruirte.
¡VIVA LA DIFERENCIA, EL DESARROLLO! Y, citando a Luis Eduardo Aute, “Reivindico el espejismo de intentar ser uno mismo”.
Hasta luego.